Frases Anónimas
En Este Mundo No Existe Ninguna Verdad Absoluta, Sin Embargo , Esto Es Algo Absolutamente Verdadero.
Que díficil es amar cuando tanto amamos y en la persona que pensamos ni en su pensamiento estamos.
Lo malo de la ignorancia es que va adquiriendo confianza a medida que se prolonga.
No és fuerte áquel quién nunca cae, sino aquel quien al caer tiene la suficiente fuerza cómo para volver a levantarse.
Siempre hay quién anda en busca de un buen amigo, pero són pocos los que procuran serlo.
Enuncia tu verdad de manera clara y serena y escucha a los demás, incluso al que crees torpe e ignorante ya que también ellos tienen su historia.
Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia.
Un amigo es alguien que lo conoce todo de ti, y sin embargo... te aprecia.
No se trata de añadir años a la vida, sino de dar vida a los años.
Que díficil es amar cuando tanto amamos y en la persona que pensamos ni en su pensamiento estamos.
Lo malo de la ignorancia es que va adquiriendo confianza a medida que se prolonga.
No és fuerte áquel quién nunca cae, sino aquel quien al caer tiene la suficiente fuerza cómo para volver a levantarse.
Siempre hay quién anda en busca de un buen amigo, pero són pocos los que procuran serlo.
Enuncia tu verdad de manera clara y serena y escucha a los demás, incluso al que crees torpe e ignorante ya que también ellos tienen su historia.
Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia.
Un amigo es alguien que lo conoce todo de ti, y sin embargo... te aprecia.
No se trata de añadir años a la vida, sino de dar vida a los años.
Lo malo de ser puntual es que llega uno a un lugar y no hay nadie allí para apreciarlo.
Ama la verdad, pero perdona el error.miércoles, 6 de agosto de 2008
A la taverna del mar
El viejo
En una esquina del café sonoro de murmullos confusos
un anciano sentado se inclina sobre la mesa,
leyendo un periódico, sin compañía.
Y en el ocaso de su miserable senectud
piensa cuán poco gozó en los años
cuando tuvo la fuerza y el verbo y la belleza.
Sabe que está muy viejo, y lo siente, y lo ve.
Y, sin embargo, le parece que la juventud
fue ayer. ¡Corto intervalo, corto!
Y piensa en qué forma lo embaucó la prudencia,
cómo de ella se fió y qué locura
cuando la engañadora le decía: «Mañana.
Tienes todo tu tiempo».
Se acuerda de los impulsos que detuvo y cuántas
delicias sacrificó. Ocasiones perdidas
que burla ahora su prudencia insensata.
...A fuerza de rumiar pensamientos y recuerdos
el vértigo lo invade. Y se duerme
inclinado sobre la mesa del café.
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