Pareciera que nuestra vida de relaciones está marcada por el desencuentro. Una y otra vez solemos caer en ese abismo social de la soledad, el desencanto, el sentimiento doloroso de “rama caída”, de desaliento y quiebra personal.
Es entonces cuando el abandono parece ser el estado propio de toda condición humana y las cavilaciones reiteran una pregunta recurrente ¿Existe el verdadero amor?
Solamente el fuego creador del amor es capaz de brindar esa elevación de plenitud, unidad y compañía que borra definitivamente toda cicatriz de dolor. Todo atisbo de sufrimiento inútil.
He recibido un mensaje anónimo que responde a esa pregunta con seguridad garantizada. Para que la solución feliz aparezca es indispensable ser receptivo, solamente así se puede recibir alegremente la sanación pedida.
A la dolorosa pregunta ¿Existe el verdadero amor?, una voz interna, compasiva y serena, siempre presente y de lealtad neta, contesta:
¡Sí! Búscalo, no te consueles con cualquiera, vales mucho y mereces ser feliz…
¿Qué no hay tiempo? ¿Qué ya no estas en edad?
Nunca es tarde, que no te pase que por no querer correr igual que los demás, nunca llegues a tu meta y sufras más por no haber sabido esperar a que llegara la persona indicada, ese ser que te hará crecer como persona, con el que vas a formar una bonita familia, que te comprende y te da la paz y la tranquilidad que todos necesitamos.
Porque cuando una persona no te brinda eso ahora, nunca lo hará y quizá cuando ye des cuenta de ello sea demasiado tarde y tal vez no sólo sufras t, sino también tus hijos, piensa en ello. Tus hijos merecen ser felices.
Recuerda que no todas las flores crecen al mismo tiempo y una rosa no es más bella si crece antes o es la más grande.
Espera tu tiempo…llegará ese momento.
Nunca dejes de creer en ti. Nunca desfallezcas y continúa tu búsqueda.
Mientras creas que puedes lograrlo, tendrás las fuerzas para intentarlo y lo encontrarás, ten fe. No sientas que has perdido cuando tus planes y sueños no alcancen a cumplir sus anhelos; no desfallezcas y sigue buscando.
Cada vez que aprendes algo nuevo sobre ti o sobre la vida, has avanzado.
No hagas nada que disminuya tu propio respeto.
El estar satisfecho con uno mismo es esencial para estar satisfecho con la vida, no te consueles con un amor a medias, busca un amor completo, que te haga sentir pleno.
Sólo tienes que tomar la decisión correcta, tú sabes cuál es, arriésgate y busca el amor de una buena persona, ella también te está buscando.
Ricardo, cincuentón, estableció una relación por teléfono con una ocasional interlocutora.
Después de meses decidieron conocerse. Él preguntó:
-¿Cómo sabré que es usted?
- Llevaré una hermosa rosa roja sobre mi jersey.
El hombre llegó antes a la cita, nervioso, rogando a Dios que fuera joven y bella. De pronto, vio acercarse directamente a él a una mujer extraordinariamente hermosa, pero no llevaba la rosa cómplice.
Unos metros detrás observó una señora mayor con la flor indicada notablemente exhibida. Un frío de decepción corrió su cuerpo. Sin embargo, se acercó a ella respetuosamente y le dijo:
- Soy Ricardo, me alegro de conocerla, aunque quisiera confesarle que la había imaginado con otros rasgos.
La mujer respondió:- No sé de que me habla. –Y aclaró-: Si me confunde por la flor que luzco debo decirle que no es mía. Me la entregó la señorita que pasó delante de usted hace unos minutos y me dijo: “Lleve usted esta rosa. Si un señor se acerca a hablarle respetuosamente, dígale, por favor, que lo espero en la cafetería de la esquina”. A ella no le gustaría profundizar en una relación con alguien que sólo se fijara en la belleza externa.
El mejor regalo que podemos hacerle al ser humano amado es nuestra propia realización personal, la calidad de vida que nos permitimos vivir, abundantemente, en nosotros mismos. Es una profundización de la sensibilidad.
No se trata de convocar la queja a alguien para llorar a dúo. El amor, como la alegría, no pierde el tiempo en lamentos, ni desaprovecha cada oportunidad.
Es entonces cuando el abandono parece ser el estado propio de toda condición humana y las cavilaciones reiteran una pregunta recurrente ¿Existe el verdadero amor?
Solamente el fuego creador del amor es capaz de brindar esa elevación de plenitud, unidad y compañía que borra definitivamente toda cicatriz de dolor. Todo atisbo de sufrimiento inútil.
He recibido un mensaje anónimo que responde a esa pregunta con seguridad garantizada. Para que la solución feliz aparezca es indispensable ser receptivo, solamente así se puede recibir alegremente la sanación pedida.
A la dolorosa pregunta ¿Existe el verdadero amor?, una voz interna, compasiva y serena, siempre presente y de lealtad neta, contesta:
¡Sí! Búscalo, no te consueles con cualquiera, vales mucho y mereces ser feliz…
¿Qué no hay tiempo? ¿Qué ya no estas en edad?
Nunca es tarde, que no te pase que por no querer correr igual que los demás, nunca llegues a tu meta y sufras más por no haber sabido esperar a que llegara la persona indicada, ese ser que te hará crecer como persona, con el que vas a formar una bonita familia, que te comprende y te da la paz y la tranquilidad que todos necesitamos.
Porque cuando una persona no te brinda eso ahora, nunca lo hará y quizá cuando ye des cuenta de ello sea demasiado tarde y tal vez no sólo sufras t, sino también tus hijos, piensa en ello. Tus hijos merecen ser felices.
Recuerda que no todas las flores crecen al mismo tiempo y una rosa no es más bella si crece antes o es la más grande.
Espera tu tiempo…llegará ese momento.
Nunca dejes de creer en ti. Nunca desfallezcas y continúa tu búsqueda.
Mientras creas que puedes lograrlo, tendrás las fuerzas para intentarlo y lo encontrarás, ten fe. No sientas que has perdido cuando tus planes y sueños no alcancen a cumplir sus anhelos; no desfallezcas y sigue buscando.
Cada vez que aprendes algo nuevo sobre ti o sobre la vida, has avanzado.
No hagas nada que disminuya tu propio respeto.
El estar satisfecho con uno mismo es esencial para estar satisfecho con la vida, no te consueles con un amor a medias, busca un amor completo, que te haga sentir pleno.
Sólo tienes que tomar la decisión correcta, tú sabes cuál es, arriésgate y busca el amor de una buena persona, ella también te está buscando.
Ricardo, cincuentón, estableció una relación por teléfono con una ocasional interlocutora.
Después de meses decidieron conocerse. Él preguntó:
-¿Cómo sabré que es usted?
- Llevaré una hermosa rosa roja sobre mi jersey.
El hombre llegó antes a la cita, nervioso, rogando a Dios que fuera joven y bella. De pronto, vio acercarse directamente a él a una mujer extraordinariamente hermosa, pero no llevaba la rosa cómplice.
Unos metros detrás observó una señora mayor con la flor indicada notablemente exhibida. Un frío de decepción corrió su cuerpo. Sin embargo, se acercó a ella respetuosamente y le dijo:
- Soy Ricardo, me alegro de conocerla, aunque quisiera confesarle que la había imaginado con otros rasgos.
La mujer respondió:- No sé de que me habla. –Y aclaró-: Si me confunde por la flor que luzco debo decirle que no es mía. Me la entregó la señorita que pasó delante de usted hace unos minutos y me dijo: “Lleve usted esta rosa. Si un señor se acerca a hablarle respetuosamente, dígale, por favor, que lo espero en la cafetería de la esquina”. A ella no le gustaría profundizar en una relación con alguien que sólo se fijara en la belleza externa.
El mejor regalo que podemos hacerle al ser humano amado es nuestra propia realización personal, la calidad de vida que nos permitimos vivir, abundantemente, en nosotros mismos. Es una profundización de la sensibilidad.
No se trata de convocar la queja a alguien para llorar a dúo. El amor, como la alegría, no pierde el tiempo en lamentos, ni desaprovecha cada oportunidad.
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