Frases Anónimas

En Este Mundo No Existe Ninguna Verdad Absoluta, Sin Embargo , Esto Es Algo Absolutamente Verdadero.

Que díficil es amar cuando tanto amamos y en la persona que pensamos ni en su pensamiento estamos.

Lo malo de la ignorancia es que va adquiriendo confianza a medida que se prolonga.

No és fuerte áquel quién nunca cae, sino aquel quien al caer tiene la suficiente fuerza cómo para volver a levantarse.

Siempre hay quién anda en busca de un buen amigo, pero són pocos los que procuran serlo.

Enuncia tu verdad de manera clara y serena y escucha a los demás, incluso al que crees torpe e ignorante ya que también ellos tienen su historia.

Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia.

Un amigo es alguien que lo conoce todo de ti, y sin embargo... te aprecia.

No se trata de añadir años a la vida, sino de dar vida a los años.

Lo malo de ser puntual es que llega uno a un lugar y no hay nadie allí para apreciarlo.

Ama la verdad, pero perdona el error.


viernes, 14 de noviembre de 2008

La frustración


Toda acción inteligente tiende siempre a conseguir un fin determinado. El labrador siembra para recoger una cosecha. El financiero invierte para conseguir unos beneficios. La secretaria sonríe para agradar a su jefe y el niño se arroja al suelo para que su madre lo tome en brazos.

Existen, sin embargo, numerosos factores variables que escapan al control del individuo y que impiden, a menudo, que la acción de los frutos apetecidos: el labrador pierde su cosecha por causa del mal tiempo; el financiero se ve sorprendido por una crisis que da al traste con sus beneficios, la secretaria tiene que sufrir la hostilidad de un jefe con úlcera de duodeno, y el niño se cansa de llorar en el suelo sin que su madre, ocupada en hablar por teléfono con una amiga, le preste la menor atención. Las expectativas fallidas y la consiguiente sensación de fracaso sumen al labrador, al financiero, a la secretaria y al niño en la más desoladora frustración.

La frustración se produce cuando las expectativas del individuo no coinciden con los hechos reales. Lo que frustra no es tanto la adversidad como el hecho de que los acontecimientos no se produzcan como uno esperaba. El inmaduro espera que los acontecimientos se sucedan siempre del modo que más le conviene. Cuando esto no es así, le resulta difícil aceptar que sus previsiones eran incorrectas y que había concebido unas expectativas infundadas. Lo común en estos casos es buscar un culpable, porque resulta más fácil que aceptar el propio error.

Con la madurez, el hombre se hace menos iluso, espera menos de la vida y se aproxima más en sus expectativas a la realidad. El inmaduro, sin embargo, es más proclive a los grandes batacazos. Vive de ilusiones y cosecha desencantos. Tiene una idea subjetiva del mundo y todos sus deseos los transforma inmediatamente en expectativas. No cuenta para nada con los imponderables y factores variables. Se cree el centro del universo. Está tan centrado en sí mismo que todo lo toma de un modo personal. En la adversidad, culpa al destino o a otra persona de actuar contra él. Y jamás, jamás se detiene a pensar que puede ser él el equivocado.

Lo más grave, sin embargo, de la inmadurez es la óptica miope que tiene de la vida: sólo considera lo inmediato. Ignora la lección que encierra toda contrariedad. No entiende que la vida funciona con una estrategia a largo plazo y que cada pequeña derrota personal que nos inflige no es más que una sabia preparación para ayudarnos a ganar la gran batalla final contra la ignorancia. Siempre ocurre lo que tiene que ocurrir, lo mejor; aunque, a veces, nuestra apreciación subjetiva nos haga ver un mal donde solamente hay un bien disfrazado. El dolor, la frustración, el desengaño no son castigos. Son cosas positivas. Son lecciones, si se saben considerar con la perspectiva adecuada. Observa a un jugador novel de ajedrez. Mueve sus peones alegremente, buscando resultados inmediatos, sin pensar en las consecuencias ulteriores de sus movimientos. Se excita e ilusiona prematuramente si consigue alguna ventaja parcial y, finalmente, se frustra cuando pierde la partida. ¿No recuerda esto el modo de actuar en la vida del inmaduro?

EL hombre de experiencia, por el contrario, analiza objetivamente todas las posibilidades. Piensa en el resultado final y no se inquieta por los pequeños reveses que ha previsto ya como inevitables. El inmaduro se rebela contra su sino cuando éste le es adverso y trata de modificar el curso de los acontecimientos para acomodarlos a sus deseos. El resultado es que su frustración no conoce límites. La actitud del sabio es diferente. Acepta las cosas como vienen y trata de fluir con ellas. En lugar de intentar modificar el destino, que es inexorable, se adapta a los acontecimientos. Cuando algo no sale como él lo tenía previsto, busca enseguida modificar su óptica.

La frustración es moneda corriente en nuestra sociedad, compuesta en su mayoría por individuos emocionales e inmaduros que confunden sus sueños e imaginaciones con la realidad. Pero no existe para el hombre de experiencia que tiene su vista puesta en el horizonte y sabe que cada traspiés, al fin y al cabo, le acerca más rápidamente a su objetivo.

2 comentarios:

Invisible Boy dijo...

¿No crees que la madurez y el conformismo están en parte relacionados?,es muy triste encasillarte en el modelo de trabajo+ hijos+ hipoteca.

Además (llamame adolescente que culpa a los demás),¿no crees que en nuestra cultura se sobreprotege a los niños y cuando se hacen mayores se frustran porque todo lo que les habían prometido era en realidad la nada más absoluta?

Por cierto, muy bueno el blog,cuentas cosas interesantes

Carsons dijo...

Ufff mi madre, hace tiempo ya de esto...esto me pasa por no actualizar el blog y principalmente por estar un tanto ocupado.

Te respondo casi con un año de atraso.

Sinceramente no creo que conformismo y madurez estén relacionados. Hacer esa afirmación sería un tanto reduccionistas pues olvidariamos muchas otras variables. Lo que si es cierto es que a medida que maduramos tendemos hacia la estabilidad, tanto emocional como económica, social o laboral. Es una tendencia natural ya reflejada en la personalidad donde se ve que las personas se van estabilizando, son menos extrovertidas, son más responsables...Y todo ello se debe a una pre-programación psicoevolucionista que nos prepara para el futuro, cuidado de los hijos, por ejemplo. En cambio cuando somos jóvenes necesitamos muchas experiencias, conocer gente... Tal vez, principalmente para encontrar una pareja.

Cierto es que hay muchas formas de ver la vida, entenderla y vivirla. Ninguna de ellas es mala. Simplemente diferentes. Probablemente, lo que tu llamas "Modelo de trabajo+hijos+hipoteca" venga determinado por las pautas culturales contempóraneas y por qué la gente al fin y al cabo responde a la presión de las masas. Es díficil salirse del tiesto y querer hacer una vida diferente porque entonces las normas sociales castigaran a esa persona para que vuelva al redil. Normalmente, existe un final para este tipo de personas, brillan como héroes o se estallan contra el suelo. Si algo tiene éxito las personas empezarán a e emitarlo, sino...será olvidado y criticado.

Y finalmente respondiendo a la última pregunta... No es cierto eso de la sobreprotección, tal vez, y particularmente es un fenómeno Canario donde los niños son hiperdefendidos, sino, simplemente observa a las culturas nordicas...donde dan una gran cantidad de autonomía a los niños.

Tal vez en breve escriba algo sobre esto último.