Leon Tolstoi vivió entre 1828 y 1910. Nació en la finca paterna de Yasnaia Poliana y recibió una educación acorde con su condición social al haber nacido en una familia noble. Conoció de cerca la cultura francesa y alemana gracias a la educación refinada impartida por preceptores extranjeros, y pronto Voltaire, Rousseau y Schopenhauer fueron sus autores favoritos. Después de estudiar lenguas orientales y derecho en la universidad de Kazan, participó en campañas militares del Caucaso y Crimen. Finalizada su etapa en el ejército se dedicó a la literatura, actividad por la que ha sido conocido internacionalmente. No hay más que recordar sus obras Guerra y paz y Ana Karenina.
Antes de crear en su finca de Yasnaia Poliana la escuela que le haría entrar en la historia educación, realizó en 1857 un viaje por Europa para conocer las tendencias educativas contemporáneas existentes y especialmente, para observar la organización escolar y métodos utilizados. En 1859 funda una escuela en su finca y al año siguiente pasa una larga temporada en Alemania. Pero vuelve desilusionado con lo que ha visto, y manifiesta su crítica a la escuela prusiana y a otros modelos europeos. Sólo se muestra favorable a la escuela y método de Pestalozzi. La conclusión de experiencia viajera es que Rusia no necesitaba aprender de instituciones extranjeras para organizar su educación.
La fundación con sus propios medios de la escuela de Yasnaia Poliana fue planteada como alternativa a la enseñanza tradicional rusa. Desde 1859 a 1862, durante aproximadamente cuatro años, imparte clases con carácter gratuito a los hijos e hijas de los campesinos, llevando a la práctica sus ideas educativas.
Pero las autoridades ordenaron su cierre cuando comprobaron que la escuela no se adaptaba a la normativa vigente e introducía innovaciones pedagógicas, además de un régimen liberal que chocaba con la realidad autocrática de aquellos momentos. Ese mismo año en 1862 se casa con Sofía Berhs con la que tendrá trece hijos, además de una colaboración literaria eficaz. Es el período en el que escribe Guerra y paz y Ana Karenina mientras educa a sus hijos a la manera occidental y vive como un terrateniente con ideas progresistas.
En 1871 abre en su casa una escuela y un seminario pedagógico pero no encuentra demasiado apoyo familiar. La última etapa de su vida es bastante intensa y dramática: sensible a las injusticias sociales, vive y trabaja entre los campesinos hasta que, olvidado por su familia decide refugiarse en un monasterio, pero fallece en el intento.
Se puede afirmar que el ideario educativo de Tolstoi está basado en su concepción libertaria e influenciado por el naturalismo de Rousseau y el filantropismo de Pestalozzi. Afortunadamente nos ha dejado su ideario pedagógico en la recopilación de artículos que forma su obra La escuela de Yasnaia Poliana además de otras publicaciones menores y en el Abecedario, publicado en 1872, que es, en realidad, un libro de lecturas en cuatro volúmenes, con bastantes nociones científicas y de cultura general, precedida por su silabario con orientaciones para los maestros.
Cuando analizamos sus ideas educativas podemos observar que se encuentran entre ellas los principios esenciales que los movimientos renovadores van a repetir sistemáticamente a lo largo del siglo XX y, a su vez, la influencia destacada que Rousseau y Pestalozzi tuvieron en la teoría y praxis escolar propuestas por Tolstoi. La escuela de Yasnaia Poliana se asentaba sobre el principio fundamental de la libertad que a su vez, estaba justificado por su confianza en la naturaleza humana. Nada era obligatorio en la escuela, así que los alumnos tenían la más amplia libertad para atender o no a las explicaciones, para asistir o no a clase. De la misma forma, no se ponían deberes para casa ni tenían que utilizar libros ni cuadernos. Tampoco habían exámenes que eran concebidos por Tolstoi como estorbos para el estudio; en su opinión, era preciso plantear una alternativa a la educación impartida en las escuelas públicas rusas que él entendía como alejadas de los intereses de los alumnos y caracterizada por la imposición dogmática que eliminaba la espontaneidad y libertad de los educandos. Su ideal era una escuela abierta a todos, sin programas ni reglamentos impuestos, basada en el método que resulte más agradable a los alumnos.
Con esta concepción educativa es evidente que debe cambiar la función del maestro, que deja de ser el centro del proceso educativo para convertirse en un árbitro o coordinador que basa su actividad no en la imposición de contenidos e ideas, sino en la persuasión y en la motivación de los alumnos a partir de sus intereses y necesidades. Esta concepción educativa influye también en la organización escolar que tendrá que ser pactada con los alumnos para adaptarla a sus necesidades manifestadas. Es lo que se conoce como respeto a la individualidad de los alumnos y que, junto con la aplicación del principio de libertad hace desaparecer la institución escolar cualquier aplicación autoritaria.
En la escuela de Tolstoi el orden en las aulas es conseguido por los propios alumnos porque están motivados para aprender y no quieren perder el tiempo en nada que les aleje de sus objetivos educativos libremente elegidos y seleccionados. En sus palabras Tolstoi denomina “orden libre”, que viene a ser el orden que surge del desorden aparente, que el primer paso de un proceso que finaliza en orden.
Tolstoi distingue entre la instrucción y la educación y se muestra convencido que las escuelas deben ocuparse sólo de la instrucción, siendo la educación responsabilidad únicamente de la familia. Este sería el principio de “no intervención” en educación, que para Tolstoi es la traducción pedagógica de la “no violencia”, que sostenía como supremo ideal moral y religioso.
De la experiencia de Tolstoi en Yasnaia Poliana podemos destacar la importancia dada al principio de libertad aplicado a la realidad escolar y el carácter popular de la experiencia que distingue así de la mayoría de las escuelas nuevas posteriores que tuvieron un carácter elitista. Su principio fundamental es el interés. Se convierte así en adelantado de escuelas nuevas europeas, es también un precedente de la gratitud escolar en una escuela privada que, que sepamos, no se ha dado con posterioridad de manera sistemática en ninguna realidad escolar.
El pensamiento pedagógico de Tolstoi es manifiestamente libertario y tiene en común con el anarquismo el antiestatismo, el antimilitarismo, la desconfianza en el progreso técnico, el deseo de la hermandad y la igualdad universal, la sustitución de la propiedad privada por una producción cooperativa donde el trabajo manual es un deber para todos, la elevación del nivel material y espiritual de las masas. No obstante, no existe una postura unánime ente los anarquistas a la hora de aceptar a Tolstoi como uno de los suyos. Por el contrario, la posición marxista es contundente al respecto a Tolstoi considerado como un populista, preocupado por algunos problemas rusos; afirman que su postura contraria a la violencia y su repulsión por la política dificultaron la emancipación de las masas.
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