Frases Anónimas

En Este Mundo No Existe Ninguna Verdad Absoluta, Sin Embargo , Esto Es Algo Absolutamente Verdadero.

Que díficil es amar cuando tanto amamos y en la persona que pensamos ni en su pensamiento estamos.

Lo malo de la ignorancia es que va adquiriendo confianza a medida que se prolonga.

No és fuerte áquel quién nunca cae, sino aquel quien al caer tiene la suficiente fuerza cómo para volver a levantarse.

Siempre hay quién anda en busca de un buen amigo, pero són pocos los que procuran serlo.

Enuncia tu verdad de manera clara y serena y escucha a los demás, incluso al que crees torpe e ignorante ya que también ellos tienen su historia.

Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia.

Un amigo es alguien que lo conoce todo de ti, y sin embargo... te aprecia.

No se trata de añadir años a la vida, sino de dar vida a los años.

Lo malo de ser puntual es que llega uno a un lugar y no hay nadie allí para apreciarlo.

Ama la verdad, pero perdona el error.


sábado, 4 de diciembre de 2010

Moral de Kohlberg



El tránsito de la heteronomía a la autonomía moral

La heteronomía y la autonomía moral son dos etapas de la Teoría de Piaget del desarrollo moral. Piaget centró su investigación en dos aspectos del razonamiento moral: en el respeto por las reglas y en la idea de justicia de los niños. En base a las respuestas de los niños a sus preguntas, Piaget estableció un periodo premoral y dos etapas morales.
El periodo premoral abarca los cinco primeros años de vida del niño, cuando aún tiene poca conciencia o consideración por las reglas. En lugar de jugar para ganar juegan por diversión, tomando turnos.
En la etapa heterónoma o del realismo moral (de los 5 a los 10 años), los niños consideran que las reglas son impuestas por figuras de autoridad poderosas como Dios, la policía o sus padres y piensan que estas normas son sagradas e inalterables. Los niños creen en una dicotomía del bien y el mal en cualquier asunto moral; juzgan los actos por sus consecuencias y no por su intencionalidad; creen en el castigo expiatorio, es decir, el castigo por sí mismo aunque no tenga relación con el crimen, más tarde o más temprano.
En la etapa autónoma (entre los 10 y los 11 años) los niños se percatan de que las reglas son acuerdos arbitrarios que pueden ser impugnados y modificados con el consentimiento de las personas a las que rigen. Creen que las reglas pueden ser violadas para atender a las necesidades humanas; tienen en cuenta la intencionalidad del actor más que las consecuencias del acto; creen en el castigo recíproco, es decir, el que se adapta a las consecuencias del acto punible y ya no creen en la justicia inmanente ya que han aprendido que a veces los crímenes pasan desapercibidos y no son castigados.
Según Piaget, tanto la maduración cognoscitiva como la experiencia social influyen en la transición de la moralidad heterónoma a la moralidad autónoma. El niño ha de evolucionar desde el egocentrismo a una visión más considerada con los puntos de vista de los demás. En esta evolución es fundamental el contacto con los pares para la resolución por ellos mismos de los conflictos, De esta forma, el niño incrementa su autoestima y el respeto por los demás, siendo consciente de que las reglas dependen de ellos y no de una autoridad extrema. Por esto es importante que los padres no intervengan y renuncien a una cuota de su poder, evitando así reforzar la dependencia del niño de una autoridad externa.

Moral de Kohlberg

Kohlberg perfeccionó y amplió la teoría moral de Piaget. Usando como métodos las entrevistas clínicas, Kohlberg descubrió que el razonamiento moral parece evolucionar y complicarse progresivamente a lo largo de la adolescencia hasta la edad adulta joven, ya que dependen del desarrollo de ciertas capacidades cognitivas que evolucionan según una secuencia invariable. Análisis cuidadosos de las respuestas a varios dilemas morales lo llevaron a concluir que el crecimiento moral progresa a través de una secuencia invariable de tres niveles, cada uno de los cuales se compone de dos etapas morales distintas. Cada etapa refleja un método de razonamiento acerca de los dilemas planteados pero no se valora en si misma la decisión tomada. Kohlberg afirmaba que a pesar del vínculo estrecho entre desarrollo moral y desarrollo cognitivo, el crecimiento de este último no era suficiente para garantizar el desarrollo moral.

Nivel I. Moral preconvencional: Las personas actuan bajo controles externos. Obedecen reglas para evitar castigos y obtener recompensas o por egoísmo. Es típico de los niños de 4 a 10 años.
  • Etapa 1: Orientación hacia el castigo y la obediencia. La bondad o maldad de un acto depende de sus consecuencias.
  • Etapa 2: Hedonismo ingenuo. Las personas siguen las reglas con fines egoístas. Se valora un acto en términos de las necesidades que satisface.

Nivel II. Convencional: Las personas actúan guiadas por un afán de lograr la aprobación de los demás o de mantener el orden social. Este nivel se alcanza después de los 10 años aunque muchas personas nunca lo alcanza ni siquiera en la edad adulta.

  • Etapa 3: Orientación del niño o niña “buenos” Los actos se valoran según complazcan, ayudan o son aprobados por los demás. Se evalúa la intención del actor y se tienen en cuenta las circunstancias.
  • Etapa 4: Preocupación y conciencia sociales. Se toma en consideración la voluntad de la sociedad reflejada en la ley. Lo correcto es la obediencia a la norma, no por temor al castigo sino por la creencia de que la ley mantiene un orden social. No debe transgredirse a menos que haya un motivo que lo exija.

Nivel III. Posconvencional: Se define el bien y el mal en función de principios amplios de justicia que podrían estar en conflicto con las leyes escritas. Los juicios emitidos son propios, basados en los principios del bien, la imparcialidad y la justicia. No se alcanza este nivel hasta la adolescencia o más comunmente en la edad adulta temprana, si es que se alcanza.

  • Etapa 5: La orientación del contrato social. Las personas piensan en términos racionales, valoran la voluntad de la mayoría y el bienestar de la sociedad. Las leyes que comprometen los derechos humanos o la dignidad son considerados injustas y merecen desafío. Sin embargo, la obediencia a la ley se considera mejor para la sociedad a largo plazo.
  • Etapa 6: Moralidad de principios éticos universales. El individuo define el bien y el mal basado en principios éticos elegidos por él mismo, de su propia conciencia. Se actúa de acuerdo a normas interiorizadas y se actúa mal si se va en contra de estos principios. Se basan en normas abstractas de justicia y respeto por todos los seres humanos que trascienden cualquier ley o contrato social.

Esta etapa para Kohlberg constituye el razonamiento moral ideal, pero debido a su rareza lo consideraba un constructo hipotético. Más tarde propuso una séptima etapa cósmica en la cual las personas consideran el efecto de sus acciones no sólo sobre los demás sino también sobre el universo como un todo. Kohlberg también propuso un nivel de transición entre los niveles II y III, cuando las personas no se sientan atadas por las normas morales de la sociedad pero no han desarrollado racionamente principios derivados de la justicia, por tanto basan sus decisiones morales en los sentimientos personales.

La crítica de Gilligan al planteamiento moral de Kohlberg
Carol Gilligan criticó a Kohlberg por considerar que su teoría no representaba adecuadamente el razonamiento moral femenino. El hecho de que los primeros datos recogidos por Kohlberg se basaran sólo en participantes masculinos y que las puntuaciones para las mujeres situaran a estas en una etapa inferior a los hombres parecía darle la razón. Gilligan planteaba que la tipificación del género provocaba que niños y niñas adopten una moralidad de la justicia, propia de una etapa 4, basada en valores de rectitud y equidad, y se les entrena en la independencia y la afirmación. En cambio, de las niñas se espera que adopten una moralidad de cuidado, propia de una etapa 3, basada en valores de compasión, responsabilidad y autosacrificio, y se les enseña a ser cálidad, empáticas y preocupadas por los demás.
A pesar de estas argumentaciones, la investigación no ha apoyado la crítica de Gilligan, y aun más, parece demostrar que las diferencias existentes se dan en la adolescencia temprana, favoreciendo a las mujeres con puntuaciones más altas que los hombres. Esto parece deberse a que ellas generalmente desarrollan más temprano y tienen, a esa edad, relaciones sociales más íntimas. Por tanto, no puede confirmarse la existencia de un sistema de valores morales distintos basados en el género.
Quizás, con lo que habría que quedarse de esta controversia es que Gilligan ha ampliado el pensamiento de Kolhberg, que en un principio mantenía un cariz muy legalista respecto al bien y el mal, aportando una visión más elevada de razonamiento moral al considerar la importancia de que ambos sexos se relacionen con los demás bajo criterios de responsabilidad, compasión y cuidados. En este sentido, la inclusión de una séptima etapa “cósmica” por parte de Kohlberg parece acercar posiciones a la postura de Gilligan.

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