Unos de los tópicos más generalizados sobre la adolescencia es el de que durante este período se producen importantes conflictos en la relación del joven con sus padres. Esta idea a experiementado diversos vaivenes a lo largo de las últimas decadas en función de la perspectiva teórica predominante, desde los enfoques que consideran la adolescenca como un período en las que las relaciones familiares se tornan enormemente problemáticas, hasta las concepciones que abogan por las normalidad en las relaciones padres e hijos. En un extremo se sitúa la corriente psicoanálitica que hanbla de explosición de conflictos, rebelión adolescente...Pero esta imagen de conflictividad familiar, que aún sigue atemorizando a muchos padres, cuando se aproxima la pubertad es sustituida por una mucho más normalizada y realista, surgida de importante número de investigaciones sobre muestras mucho más amplias y representativas que casos clínicos. Los datos son los siguientes:
- Evolución a lo largo de la adolescencia
- Mayor conflictividad en los comienzos de la adolescencia, con una etapa de perturbaciones temportales en las relaciones familiares. Los chicos se vuelven más asertivos, pasan más tiempo fuera del hogar y el número de interacciones positivas con los padres
- Normalización: disminuye la frecuencia del conflicto. Clara correlación negativa entre edad y número de conflictos aunque se incrementa la tensión o intensidad emocionalcon la que se viven los conflictos por parte del chico o la chica que tiende a aumentar con la edad.
Conflictos más frecuentes: peleas entre hermanos, horarios, tareas del hogar
Mayor conflicto con la madre (mayor comunicación e intimidad)
Varones adolescentes → Padre amigo y madre conducta de riesgo
Chicas adolescentes → Padre/Madre: tareas del hogar
Situación de mayor deterioro en las relaciones
Padres con expectativas negativas sobre la adolescencia
Padres coercitivos y poco comunicativos
También se produce:
Desidealización de los padres, esa imagen de padres omnisapientes y todopoderosos es cambiada por una más realista, en la que entran cabida virtudes y defectos.
Más relaciones con los iguales y traslado de modelo de las relaciones horizontales e igualitarias que pueden llevarse a desear un tipo de relaciones semejantes en su familia. Deseo de mayor autonomía de la que los padres están dispuestos a otorgar..
Pensamiento formal: Argumentos más sólidos y convincentes en sus discursos familiares lo que supone un cuestionamiento de la autoridad de los padres
Los datos de los que disponemos en la actualidad apoyan la hipótesis de que el medio familiar óptimo para el desarrollo de la autonomía del desarrollo adolescente es aquel que enn las relaciones de los padres con los hijos se combinan afecto con el favorecimiento de la individualidad, mediante conductas que estimulan la autonomía cognitiva y la iniciativa propia, como, por ejemplo, favoreciendo la discusión. Además de esta combinación de apoyo afectivo, favorecemiento de la autonomía y comunicación existen otras características del medio familiar que resultan muy favorables para facitar el desarrollo y adaptación de los adolescentes. El control y la supervición de la conducta del chico/a resultan fundamentales durante esta etapa ya que muchos de los problemas de conducta que surgen durante la adolescencia están relacionados con un escaso control parental.
Otro de los factores que influye en la coducta educatoiva es la flexibilidad, muchos de los problemas surgidos durante esta etapa tienen su origen en la falta de ajuste entre el contexto familiar y las nuevas necesidades de chicos y chicas. De aquí podemos extrae cuatro estilos educativos:
| Afecto y Comunicación | ||
Control y | | Alto | Bajo |
alto | Democrático | Autoritario | |
Bajo | Permisivo | Indiferente |
Aún son escasos los estudios sobre sujetos de culturas distintas a la occidental, o sobre familiar diferentes a la tradicional compuesta por padre, madre e hijos. Sin embargo, a pesar de su escasez, aportan datos muy interesantes. Así, si para la población occidental parece indiscutiblemente superior el estilo democrático, en algunos estudios realizados sobre poblaciones asiáticas o afroamericanas ponen en entredicho que se universal la relación entre estilo democrático y mejor adaptación de los hijos adolescentes, ya que en ocasiones el estilo autoritario se muestra más efectivo en estas poblaciones. Igualmente, la estructura o composición familiar parece moderar la consecuencias derivadas de los estilos disciplinarios imperantes en el hogar, así Barber y Lyons encontaron que la permisividad parental se relacionaba positivamente con la autoestima de los hijos adolescentes en familias reconstituidas, cosa que no ocurría en las familias intactas.
Otras críticas que se le hacen también a este modelo se diriguen a condiderar el estilo disciplinario como demasiado amplio, ambiguo y descriptivo, y no específica los mecanismos a través de los que se lleva a cabo su influencia sobre los hijos. Así se propone diferenciar entre estilo disciplinario y prácticas disciplinarias concretas mediante las cuales dicho estilo se materializa. También hay que tener en cuenta que, auqnue suele hablarse de padres autoriatrios o democráticos, no siempre tienen que coincidir el paterno y el materno. Se ha encontrado que la situación más favorable para el chico o chica es aquella en la que ambos padres muestran un estilo más democrático o positivo hacia sus hijos. Cuando se una combinación en la que al menos uno de los progenitores presenta un estilo democrático, las consecuencias negativas se ven aliviadas.
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