Frases Anónimas

En Este Mundo No Existe Ninguna Verdad Absoluta, Sin Embargo , Esto Es Algo Absolutamente Verdadero.

Que díficil es amar cuando tanto amamos y en la persona que pensamos ni en su pensamiento estamos.

Lo malo de la ignorancia es que va adquiriendo confianza a medida que se prolonga.

No és fuerte áquel quién nunca cae, sino aquel quien al caer tiene la suficiente fuerza cómo para volver a levantarse.

Siempre hay quién anda en busca de un buen amigo, pero són pocos los que procuran serlo.

Enuncia tu verdad de manera clara y serena y escucha a los demás, incluso al que crees torpe e ignorante ya que también ellos tienen su historia.

Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia.

Un amigo es alguien que lo conoce todo de ti, y sin embargo... te aprecia.

No se trata de añadir años a la vida, sino de dar vida a los años.

Lo malo de ser puntual es que llega uno a un lugar y no hay nadie allí para apreciarlo.

Ama la verdad, pero perdona el error.


domingo, 5 de diciembre de 2010

La escuela moderna de Barcelona: Ferrer y Guardia


“Buscad el nombre de Francisco Ferrer en el Nuevo diccionario de pedagogía publicado en 1911, poco después de su muerte. No lo encontraréis. Ni tampoco el nombre de Robin. Sin embargo, fue un educador cuya memoria debe ser conservada al lado de Froebel y Pestalozzi”

Francisco Ferrer Guardia nació en 1859 en Alella, Barcelona, y murió fusilado en 1909, condenado por un Consejo Militar acusado como principal instigador de la denominada “Semana Trágica”.

En abril de 1901 muere una viuda rica que había sido alumna suya y le deja una importante herencia que Ferrer dedicará a crear la Escuela Moderna, como foco de educación popular pensada para los niños durante el día y para los adultos por la noche. Estaba previsto que tuviese cursos de francés, inglés, alemán, taquigrafía y contabilidad y local para conferencias que se ponía a manos de sindicatos y agrupaciones obreras. Junto a la escuela funcionaba una editorial con misión de publicar los materiales didácticos necesarios: manuales escolares, libros para adultos, toda clase de folletos e informaciones y el conocido boletín oficial de la institución escolar. La escuela, laica, no era gratuita y las familias tenían que pagar según sus posibilidades. La meta que perseguía era: “Extirpar del cerebro de los hombre todo aquello que les divide, reemplazándolo por la fraternidad y solidaridad indispensables para la libertad y el bienestar general para todos”. El local abrió sus puertas el 8 de septiembre de 1901, con treinta alumnos, doce niñas y dieciocho niños. En enero de 1902 serán ya 70 los alumnos y 126 en 1904. En 1905 la escuela tiene ya 147 sucursales en la provincia de Barcelona; en 1908 en Barcelona capital hay diez escuelas con 100 niños en total y se han creado centros por todo el país y también algunos en el extranjero.

Ya en una carta de 29 de septiembre de 1900 muestra su idea de crear una escuela

Racionalista.

Ferrer piensa que las escuelas modernas que pretende establecer han de ser privadas porque “las instituciones históricas, contaminadas con todos los vicios del pasado y las pequeñeces del presente, no pueden llenar esta hermosa función. No se trata de una explotación industrial, como en la mayor parte de las exhibiciones de esta índole, sino de un ensayo pedagógico, cuyo tipo sólo lo encontraríamos en la Institución de libre enseñanza que existe en Madrid, si lo hubiésemos de buscar en nuestra patria”

¿Cuáles eran los objetivos de la Escuela Moderna? Para Ferrer la misión de la Escuela Moderna “consiste en hacer que los niños y niñas que se les confíen lleguen a ser personas instruidas, verídicas, justas y libres de todo prejuicio. Para ello, sustituirá el estudio dogmático por el razonado de las ciencias naturales. Que no sólo sea un miembro útil a la sociedad, sino que, como consecuencia, eleve proporcionalmente el valor de la colectividad. Enseñará los verdaderos deberes sociales, de conformidad con la justa máxima: sin la categoría de sexos ni clases, se aceptarán niños de ambos sexos desde la edad de cinco años”.

Las características de las escuelas modernas son las siguientes: “El niño es libre, libre incluso de dejar la escuela. El alumno goza de una amplia libertad de movimiento, se abandona en sus sueños cuando le agrada e incluso sale del aula cuando siente deseos de hacerlo. Ferrer es partidario de la higiene, de la educación física y de la natación, a la vez que rechaza las pruebas de competición y de vanagloria. Impulsa a los chicos a los trabajos manuales, jardinería, a la limpieza de trabajos domésticos, y para él eso es también un método para situar a ambos sexos al mismo nivel. No hay exámenes, ni castigos ni recompensas”.

Estaba previsto que la Escuela Moderna abriera los domingos por la mañana para explicar “los sufrimientos humanos durante el curso general de la historia y el recuerdo de los hombre eminentes en las ciencias, en las artes o en las luchas por el progreso”. A estas clases podían asistir los familiares de los alumnos. Existían también conferencias domiciliares gratuitas, a la manera de una universidad popular, dedicadas a la instrucción popular a la que asistían alumnos, familiares y trabajadores deseosos de aprender.

La Escuela Moderna de Barcelona, inaugurada en septiembre de 1901, no era gratuita, sino que adoptó un sistema de retribución acomodado a las circunstancias económicas de los padres, porque Ferrer no deseaba una escuela para pobres, sino una escuela en la que se pudiera producir la coeducación de pobres y ricos, que pone en contacto unos con otros “en la inocente igualdad de la infancia”

La suciedad se prestaba como causa de enfermedad y la limpieza como agente principal de la salud. La Escuela Moderna estaba concebida sin premios ni castigos.

En junio de 1906 el gobierno cierra el establecimiento central de la calle Bailén, apoyándose en que el 1 de mayo, Mateo Morral, que era bibliotecario de la Escuela Moderna, había arrojado una bomba contra la carroza real el día de la boda de Alfonso XIII. Por la misma razón también se detiene a Ferrer, declarándole instigador del acto terrorista; al final el tribunal civil lo absolvió y pudo seguir con sus actividades, especialmente las internacionales, si bien lo locales de Barcelona siguieron cerrados. En 1909 regresa de Londres informado de la enfermedad de dos familiares suyos y es detenido en Barcelona, traicionado por un antiguo camarada. Juzgado por un consejo de guerra es condenado a la pena de muerte y el 13 de octubre de 1909 es fucilado.

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