La línea de pedagogía institucional de Lobrot se basa en el sistema rogeriano y en lo que denominan grupo de diagnóstico que se ocupa del desarrollo de relaciones humanas en pequeño grupo; la técnica tiene cinco momentos:
La incertidumbre inicial.
La dependencia respecto al monitor.
La figura del monitor de reviste de autoridad.
Establecimiento de autoridad y poder interno del grupo.
Instauración de la conducta reflexiva del grupo.
La acción del grupo va más dirigida a las facetas relacionales y afectivas.
Lobrot es la procedente de la psicosociología a la base de la autogestión pedagógica con tres para Lobrot.
Hacer un trabajo no enojoso con los alumnos.
Aportar una formación superior a la del sistema tradicional.
Y preparar a los alumnos al análisis del sistema social, el sistema burocrático, en el que viven.
En el ámbito educativo, la burocracia se instala en tres niveles: el del personal docente y su organización, el de los programas, el de los exámenes.
Lobrot distingue también tres tipos de autogestión: política, terapéutica, pedagógica. La autogestión pedagógica se caracteriza por la entrega del poder al alumno. La pedagogía institucional permite satisfacer las necesidades individuales y colectivas, con el asesoramiento del profesor y poniendo en marcha el principio de la automotivación y la autodirección.
El enseñante analiza las demandas del grupo y se prepara para poder actuar si el grupo lo demanda; se convierte en un instrumento en manos de los alumnos, que se debe limitar a responder si así lo solicitan los alumnos. En cualquier caso, el grupo es soberano en el campo de sus decisiones, pero el profesor puede también decidir si responde o no a las demandas que se le hacen.
La pedagogía institucional, que se desarrolla en un clima falta de presión y de libertad, permite que los conocimientos adquiridos estén en relación con los intereses de los alumnos. En el ámbito del desarrollo de la personalidad, también la autogestión pedagógica supera a la enseñanza tradicional en sus resultados, a través de la institución dinámica, acogedora y facilitadota que se vuelve la clase autogestionada, con miembros autónomos, independientes y creadores.
La otra gran corriente de la pedagogía institucional está representada por Fernand Oury y Aída Vásquez apoyados en el psicoanálisis, a través de la lectura lacaniana de Freud, y en la psicoterapia institucional, todo ello superpuesto a las técnicas Freinet. Con Oury y Vásquez se pasó de la clase cooperativa a la pedagogía institucional. La base de esta corriente está relacionada con la evolución de la psiquiatría, el mal no está ya en el enfermo sino en el sistema social que es el que hay que analizar y curar en interacción con todos los elementos que intervienen en el problema. El objeto de la terapéutica o la pedagogía institucional es crear sistemas de mediación, como la imprenta o la cooperativa. Estas mediaciones exigen a los enfermos adoptar unas actitudes y unas identificaciones que permiten establecer terapias.
En el ámbito de la educación, Oury y Vásquez entienden que es necesario partir del análisis crítico de la escuela-cuartel o enseñanza tradicional para establecer los criterios de actuación de la pedagogía institucional que ellos propugnan.
El primer paso de la modificación de la estructura escolar debe ser transformar la estructura de la clase. Las instituciones que modifican la clase son de dos tipos: las que hacen referencia a elementos técnicos y las que se refieren a elementos organizacionales. Con las técnicas escolares Freinet permiten una organización nueva del espacio y del tiempo educativo. Las instituciones referidas a elementos organizacionales nacen de las necesidades creadas por las actividades y son un medio eficaz para organizar la vida de la clase.
El consejo de cooperación es la piedra angular de todo el sistema, entre sus diversos trabajos suele tener carácter prioritario el de la resolución de conflictos que van surgiendo en clase.
En síntesis, el consejo de cooperativa es la pieza fundamental del sistema de la pedagogía institucional, pero no es aislable y transplantable ni es la pieza única del sistema. El segundo aspecto de la clase institucional es el trabajo individual y el trabajo en común. El trabajo individual se adapta al ritmo de cada alumno; el trabajo en común se hace en función de determinadas actividades colectivas, hechas en un ambiente de libertad y de iniciativa, en las que los niños se sientan imprescindibles por ejemplo, la imprenta.
El papel del maestro en esta modalidad de pedagogía institucional consiste en ayudar a los niños a crear instituciones que respondan a necesidades que ellos sientan, pero también les ayuda a crear instituciones instituyentes, que provoquen la actividad de los niños y den significado a las acciones individuales o grupales de los alumnos. El papel del maestro será no dejar convertir en psicoterapeuta de cada alumno sino intervenir en la clase para que la psicoterapia sea practicada en ella y por ella. El maestro ayudará a la clase en la medida en que sea capaz de hacer posible a sus miembros la autogestión de sus funciones, trabajo y organización.
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